El EBITDA, que significa Beneficios antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones, y es un acrónimo inglés (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization) y está expresado en unidades monetarias. También se puede ver como un porcentaje cuando lo relacionamos con la facturación [%EBITDA = EBITDA (€) / Facturación Total (€)]

El EBITDA es en esencia el indicador sobre rentabilidad económica más utilizado. El EBITDA es más que un «simple» KPI, es (salvo matices) EL BENEFICIO NETO pero visto como BENEFICIO OPERATIVO, es decir, cuando dinero estamos ganando por las operaciones de día a día, después de haberlo pagado todo (gastos de estructura, alquileres, las nóminas, las multas, o el servicio de mantenimiento de los equipos informáticos).
Para mí, el EBITDA es la suma de todos los ingresos menos la suma de todos los gastos.
¿por qué no tenemos en cuenta los Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones?
Los intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones NO son gastos como tal, o al menos no están vinculados estrechamente a la actividad productiva; sino que son pagos que vendrán en función del beneficio (EBITDA) y/o criterios contables sobre teóricos desgaste.
Veamos por qué no tenemos que tener en cuenta cada uno los puntos anteriores:
- Intereses: los intereses se pagan en función del capital dispuesto dado por financiación externa. Si quitamos los intereses del Beneficio Operativo, distorsionamos nuestra eficacia de hacer dinero con los bienes productivos que tenemos, hayan venido por donde hayan venido.
- Impuestos: hay muchos impuestos que pagar, si bien, de nuevo el pago de impuestos no afecta a la eficacia de nuestras operaciones. Veamos:
- I.V.A.: Impuesto sobre el Valor Añadido (en España) o V.A.T. en el resto de la Unión Europea. Este impuesto, realmente no lo paga la empresa sino el consumidor final. El IVA nunca afecta a la cuenta de resultados ya que se liquida con Hacienda, y el saldo en 0€
- Impuesto de Sociedades: Este es el impuesto que más afecta a los verdaderos beneficios de la empresa (o B.N. – Beneficio Neto) ya que es el impuesto que se pagará en función del resultado de nuestra cuenta de Pérdidas y Ganancias (en ingles P&L – Profit & Lost). En España está entorno del 30% para empresas y 25% para PYMES y Microempresas. Un buen palo, que de nuevo no afecta a cuan eficientes somos en nuestra operativa, ya que por bien o mal que lo hagamos, tendremos que pagar un 30% sobre nuestras ganancias.
- Impuestos sobre actividad, licencias de apertura, basuras, vehículos, etc. Dado que el indicador dice que «sin impuestos» los quitamos todos… si bien hay muchos que son de obligatorio complimiento y son intrínsecos a la operativa.
- Depreciaciones: las depreciaciones son un mecanismo contable para asimilar como «gasto» una pérdida de valor de un activo. Por ejemplo, tienes un terreno que te costó 100.000€ y ahora si quieres venderlo valdría 60.000€, pues se te han esfumado 40.000€ que los quienes que asumir en tu contabilidad … De nuevo, esta depreciación no es operativa, sino a la valoración de los activos de la empresa.
- Amortizaciones: las amortizaciones de nuevo son un mecanismo contable para imputar como «gasto» el teórico desgaste de los activos de la empresa, y convertir una inversión en un gasto. Por ejemplo, tienes una furgoneta que te ha costado 20.000€. Si metieras como gasto los 20.000€ parecería que tienes pérdidas en tu operativa, pero no es verdad, la furgoneta tiene una vida de al menos 5 o 6 años… Pero Hacienda te deja imputar como gasto o desgaste de tu bien como un gasto, lo cual ayudará a pagar menos Impuesto de Sociedades. La cosa se complica por cada bien, independientemente de nuestra opinión, Hacienda nos dice en cuantos años podemos amortizarlo. De nuevo, dado que Hacienda mete tanto la mano, y no nos deja asignar un verdadero valor de la amortización, pues también lo quitamos.
¿Por qué es tan útil e EBITDA?
Ocurre un efecto curioso a tener en cuenta con las amortizaciones, y de ahí que el EBITDA sea tan importante: Dependiendo del sector de actividad las inversiones necesarias para la operativa son incomparables (y por tanto sus amortizaciones).
Por ejemplo, una operadora de telecomunicaciones o una distribuidora de gas, tiene unas grandísimas infraestructuras… que casi seguro que aun las están pagando, si metiéramos en su indicador de eficiencia tanto la inversión como los intereses nos darían durante muchos años «pérdidas», lo cual no es cierto.